Saltar al contenido

Conociendo a Etty Hillesum: Profundidad y Entrega

    Etty Hillesum

    Notas sobre la charla de Pepa Torres en Más que Silencio el 11 de Diciembre de 2020: “Etty Hillesum: Historia de una Transformación Interior”.

    ¿Quién fue Etty Hillesum?

    ¿Quién fue esa judía holandesa que murió en Auschwitz con tan solo 29 años y que es considerada, sin embargo, una de las principales místicas del siglo XX?

    Pepa Torres, estudiosa de Etty y de otras mujeres de gran compromiso social y religioso, nos acercó en diciembre, en una charla on-line, a la vida apasionante de esta mujer, conocida por haber sido capaz de mantener la esperanza y de expresar su experiencia de Dios en medio de las condiciones terribles y deshumanizadoras del campo de concentración.

    Hija de una familia burguesa, muy culta y poco religiosa, nació e 1914 en Middeburg. Ella vivió desde pequeña una gran pasión por el conocimiento y por experiencias radicales de todo tipo. Su ansia de libertad y de saber marcaron su etapa de juventud, mientras que su deseo de trascendencia y su experiencia profunda de Dios fueron el eje de sus últimos años de vida. Esa experiencia la reflejó en sus Diarios, que cedió a una amiga antes de ser recluida en el campo de concentración de Westerbook. En ese campo trabajó primero como asistenta social, pero quiso renunciar a todo privilegio y fue finalmente recluida como interna, por propia iniciativa. Desde allí fue deportada hacia la cámara de gas con toda su familia. Falleció en noviembre de 1943. Los Diarios solo se conocieron cuando, tras diferentes peripecias, se publicaron en 1981.

    Historia de una transformación interior

    La vida de esta buscadora resulta apasionante. Hoy puede bucearse fácilmente en ella, en libros y artículos de Internet que cuentan su progresiva transformación interior, siempre en búsqueda de lo profundo y de lo absoluto. Aquí vamos a reseñar tan solo lo que fue la experiencia mística-religiosa de su etapa final, y lo haremos apoyándonos en sus propios textos, desgranados por la ponente.

    La búsqueda de Etty da un giro radical desde que en 1941 conoce a Spier, un psicoterapeuta que le recomienda escribir sus diarios y la inicia también en el estudio de la Biblia y de la mística cristiana. Ella le llamó “el partero de mi alma” porque la había ayudado a nacer a una nueva dimensión de la existencia.

    Esa nueva dimensión, que vive de 1941 a 1943, es la experiencia de sentirse desbordada por un Amor total que la lleva también a un compromiso total con sus semejantes en esas condiciones límites de la existencia que le tocó vivir. El encuentro con el Misterio le hace valorar la vida y la hondura que habita a todo ser humano, fuente de creatividad, alegría y plenitud. Pero esa experiencia hay que trabajarla en dos direcciones: la profundidad propia y la entrega a los demás.

    Estamos a veces tan distraídos por los traumatizantes acontecimientos que se desarrollan a nuestro alrededor que se encuentran muchas dificultades para abrir el camino que conduce a nosotras mismas. Y sin embargo hay que hacerlo. No debes tragar por las cosas que te rodean, sino que las cosas deben aclararse en ti. Tú no debes dejarte tragar por las cosas.

    Pero el trabajo con nosotros mismos no nos puede hacer olvidar al otro, a los otros, personal y colectivamente. De modo que profundidad y alteridad, cultivo de la interioridad y hermandad activa, avanzan juntas porque tienen el mismo origen:

    Si amo a los seres con tanto ardor, es porque en cada uno de ellos amo una parcela de ti, Dios mío, e intento sacarte a la luz en los corazones de otros“.

    Hay un verdadero y profundo pozo dentro de mí. Y en él habita Dios. A veces también estoy yo en Él. Pero, frecuentemente piedras y arena ciegan el pozo y Dios queda enterrado bajo tierra (…) Hay que desenterrarlo de nuevo.

    Ahora a veces me hinco de rodillas junto a mi cama en las frías noches de invierno. Y escucho a mi Yo interior; me permito ser orientada, no por nada de fuera, sino por lo que mana de lo más profundo.

    Pero esa experiencia ha de trabajarse, hay que hacer un esfuerzo de introspección y de reforma permanente, hay que ir tallándose a uno mismo como a una roca. Y Dios es un regalo pero también necesita de nosotros:

    Dios necesita ser ayudado por la criatura, que se hace de este modo cuidadora del Misterio, responsable con él en su vulnerabilidad y hondura”. Como explicó Pepa, “es la conexión con este misterio hospedado en lo profundo del ser humano lo que dota a la vida de lucidez y sentido”: “La vida se me ha vuelto clara, luminosa e intensa” (8 de Mayo de 1941), aun en las condiciones más adversas.”

    “Cuando se tiene vida interior, poco importa, sin duda el lado de las rejas de un campo en que uno se encuentre… Estamos marcados por el dolor para siempre. Y si embargo, la vida es maravillosamente buena en su inexplicable profundidad…Y sólo con que a pesar de todo consigamos mantener a Dios seguro en nuestras manos “.

    Sin embargo, esa seguridad no la hace olvidar las responsabilidades para después de la guerra. Sabe que va a morir, que van a morir muchos, y avanza ya el pensamiento que debería elaborarse tras la guerra para superar la barbarie: el odio no puede ser el origen de nada bueno. Sobrevivir es también liberarse de ese odio.

    Aunque no hubiese más que un solo alemán decente solo se merecería ser defendido frente a esa banda de bárbaros y gracias a él no habría derecho a verter odio sobre un pueblo entero… Esto no significa ser indulgentes… Hay que tomar posiciones, pero ese odio indiferenciado es lo peor que hay.

    Una lección de vida

    Ella siempre escribió que las circunstancias nos influyen, pero no nos hacen. Lo importante es cómo vivir lo que nos pasa. Igualmente consideraba que el amor nace en nosotros, lo experimentamos con asombro y agradecimiento, como ella experimentaba a Dios. No es, por tanto, una reacción o un pago al comportamiento de los otros, sino una decisión, una opción situada en el centro de la existencia que la conforma toda:

    Son muchos aquí los que sienten languidecer su amor al prójimo, porque no está alimentado desde el exterior. Se dice que aquí la gente no te brinda demasiado la ocasión para amarlos… Por mi parte no deseo realizar esta experiencia interior. No existe ningún vínculo de causalidad entre el comportamiento de la gente y el amor que se siente por ellos.

    El amor al prójimo es como una oración elemental que nos ayuda a vivir (…) Aquí reina una cierta penuria de amor y yo por mi parte, me siento tan inexpresablemente rica de él.

    Asumir el sufrimiento personal y colectivo, hacerlo suyo con lucidez, no la deja inerme en su lucha porque la violencia y la barbarie no prevalezcan: 

    Dios Mío, tu confías a mi cuidado tantas cosas preciosas… De pronto en medio de la noche quedo a solas con Dios. No hay ninguna otra persona para ayudarme. Tengo responsabilidades, pero todavía no las he cargado del todo sobre mis hombros. Continuo jugando, y soy todavía soy indisciplinada.”

    En palabras textuales de de Pepa Torres, “en medio de la violencia y la densidad de los acontecimientos, Etty se experimenta habitada por una alegría y una esperanza paradójicas, que la llevan a rescatar toda huella de bondad, belleza y sentido en la hostil vida cotidiana del campo de exterminio”.

    Tengo en mí, Dios mío una felicidad tan completa y tan perfecta… Me recojo en mí misma y este “mí misma”, a ese nivel de mi ser, el más profundo y el más rico de todos y en que me recojo, yo lo llamo Dios…

    “Esa es la sensación que yo tengo de manera perpetua y constante, la de estar en tus brazos, Dios mío, protegida, abrigada, impregnada de una sensación de eternidad. Es como si cada uno de mis movimientos respiratorios estuviera penetrado de esa sensación de eternidad, como si el menor de mis actos, la palabra más anodina se inscribiera sobre un fondo de grandeza, como si tuviera un sentido profundo.

    La primera palabra que me viene a la mente es siempre Dios, que lo contiene todo y hace inútil todo lo demás… Mi riqueza interior se incrementa sin cesar… No hay duda de que se producen milagros en una vida humana. Mi vida es una sucesión de milagros interiores.

    Descubrir la vida y la obra de esta mujer excepcional es sin duda una ayuda para vivir nuestro propio milagro interior y admirarnos y respetar el de los otros.

    Lala Franco