Origen de la práctica del Chi Kung
La palabra Chi Kung o Qi Gong, proviene de la tradición oriental, hace referencia a dos términos: Chi o Qi (氣): que representa la Energía y Kung o Gong ( 功) que representa el trabajo. En China, el Chi Kung o Qigong tiene más de cuatro mil años de antigüedad, forma parte de la medicina tradicional y se emplea como parte de la terapia, junto a la acupuntura, los masajes (llamado Tuina) y la fitoterapia (tratamiento con plantas medicinales). Aunque realmente este término es reciente, pues pertenece al siglo pasado, se considera que este arte deriva del llamado Dao Yin, o quizás de algún saber más antiguo.
Así pues podemos decir que Chi Kung se define como trabajo con la energía. Realmente lo que pretende es que seamos capaces de trabajar con la energía del Cielo, de la Tierra y nuestra propia energía, encontrando salud, serenidad y equilibrio. Las personas que practican con regularidad manifiestan un estado de mejoría, de gran bienestar de cuerpo, mente y espíritu. Para ello, como herramienta fundamental debemos unificar la relajación, la respiración y la mente (intención).
El Chi Kung como cualquier técnica necesita práctica, pero bien es cierto que los resultados se manifiestan podríamos decir rápidamente, aunque varía en las personas, según su estado, grado de apertura, sensibilidad y constancia. Sus rutinas de movimientos son adecuadas a todas las edades.
¿Qué beneficios proporciona el Chi Kung?
A nivel corporal, regula todos los sistemas en general, ejercita músculos, tendones y articulaciones, mejora la circulación sanguínea, equilibrando la presión arterial, la capacidad pulmonar y el funcionamiento de todos los órganos internos y el fluir de la energía en los meridianos (canales energéticos que recorren el cuerpo).
A nivel mental la mente descansa, se serena, afrontando la vida diaria con otra perspectiva, los pensamientos “martillo” o ideas recurrentes van disminuyendo hasta controlarlas, o desaparecer. Aumenta la capacidad de percepción y concentración.
A nivel espiritual nos permite conectar mejor con la fuente sagrada de la que provenimos y somos, ya que al trabajar los niveles físico y mental llegamos a una profundidad de conciencia mayor. Los ejercicios mismos son en sí una meditación y en la medida que los hacemos nuestros estamos en conexión con la Energía primordial en términos del Taoísmo o de Dios en un lenguaje más occidental- cristiano.
Es difícil clasificar de modo claro un número tan elevado de métodos que se engloban bajo el término Chi kung y que se calcula llegan a 400 estilos.
Aproximación al término Energía
El Chi o Qi es Energía, pero no la energía a la que estamos acostumbrados y que por ejemplo contemplamos en la electricidad, el concepto es inmensamente más amplio. Existen muchos y variados tipos de Ch. Según el Taoísmo hay Chi dentro y fuera del cuerpo, en las cosas, en los animales, en el universo. Un occidental lo entendería como “Fuerza Vital” de todo lo que existe o Dios, fuente de la vida.
Energía es algo que está en el Universo y hace posible su existencia, y que se desenvuelva en movimiento continuo (ley yin-yang). Tiene muchas formas de manifestación, y cambia entre ellas transformándose. En China se habla del Chi-energía del Cielo, el chi de la Tierra, el chi de los animales y plantas y el chi que circula en el cuerpo humano, el chi busca siempre el equilibrio.
La energía no la vemos o sentimos lo que notamos son sus manifestaciones (calor, magnetismo, electricidad…). Si buscamos un origen a la misma lo llamaríamos “Fuente”, en el sentido que en determinado momento se hace perceptible, brota.
Esta energía cuando se manifiesta consume espacio y tiempo, y se puede propagar por radiación o fluir por canales que forman podríamos decir un sistema de circuitos, en este caso, en el cuerpo humano, serían los meridianos En su trayecto la energía demuestra diferentes acciones: se puede almacenar, gastar, transformar, e incluso controlar dosificándola.
Tipos de Chi Kung
Existen numerosos estilos de Chi kung o Qi Gong, por lo que podemos encontrar varias clasificaciones aunque las más corrientes hacen referencia a según el contexto doctrinal la Escuela Budista (Shi Jia 釋家): Desarrollada en: India, China, Tibet, la Escuela Confucionista (Ru Jia 儒家), la Escuela Taoísta (Tao Jia 道家), el Chi Kung dinámico y estático, el médico, el marcial, etc.
Como sabemos el sistema de prácticas que existe es de ejercicios de muy diversa índole, desde los más suaves que ante todo buscan la relajación y equilibrar las energías que circulan por los meridianos, a los que están más enfocados en mejorar el funcionamiento de los órganos y con ello la calidad del Chi (energía) que producimos, así como numerosos ejercicios para estirar los músculos y tendones y reforzar los huesos, lo que nos permite mantener un cuerpo joven y flexible hasta una avanzada edad, o técnicas para cultivar la energía sexual, o posturas estáticas como el trabajo del “Arbol “ para reforzar el cuerpo y cultivar la energía esencial y la concentración. Sin olvidar los estilos de Chi Kung más duros o de enfoque marcial, encaminados a fortalecer la estructura del cuerpo, los órganos y sus envolturas como es el Chi Kung de la Camisa de Hierro.
Para comprender lo que es el Chi Kung debemos tomar en cuenta que abarca al ser humano en su totalidad, cuerpo, mente y energía. Definiéndolo en pocas palabras: “Es el arte de aprender a utilizar la energía para vivir largos años con salud y vitalidad, cultivando la inteligencia del corazón para llegar a descubrir nuestra verdadera naturaleza”.
La práctica del Chi Kung es de una riqueza inmensa y de gran profundidad que requiere años de práctica, pero en Más Que Silencio no contamos con un maestro/a de ninguna de estas escuelas, tampoco pretendemos ser una escuela de Chi Kung o Qi Gong. Ofrecemos prácticas suaves de Chi Kung como una herramienta para favorecer el desarrollo espiritual, la meditación y el silencio interior, así como la relajación y el equilibrio interior energético con el fin de llegar a conectar con la fuente originaria de la venimos, nos movemos y somos.
Seguimos en este artículo fundamentalmente a:
- Yang, Jwing-Ming en su libro La raíz del Chi Kung chino, ed. Sirio, 2003.
- Bibiana Marín, en su libro Chi Kung, un camino hacia el universo interior, 2010. bibianamar@gmail.com.